Amenaza latente aquí. Desastre ecológico en el norte de España.

Las invasiones biológicas son la segunda causa de pérdida de biodiversidad  a nivel mundial, sólo superada por la alteración y destrucción de hábitats naturales.
En nuestra comarca sufrimos este problema ambiental tanto con especies vegetales (como señalábamos en anteriores artículos con el Ailanthus altissima) como con algunas especies animales.
Hablamos de la Cortadelia selloana, una planta de origen sudamericano, que tenemos agazapada detrás de las letras de nuestro pueblo donde no le falta el agua ni los cuidados municipales y luce hermosa con sus “plumas” al viento.

 

Pero esta bella planta encierra un gran peligro, ya que es capaz de producir 300.000 semillas que se desplazan por el aire colonizando los terrenos por los que pasan.
Vive de unos 10 a 15 años y no se le resiste ningún tipo de suelo. Se asienta sin problema sobre cauces de ríos, dunas, marismas, zonas de montaña, bordes de carreteras y caminos, etc…

A partir de 2013 está prohibida su plantación y comercialización, no así su tenencia, es decir, los particulares que tengan esta planta en su jardín no están obligados a eliminarla.
Como toda buena colonizadora tiene una alta tolerancia a las condiciones climatológicas extremas y es capaz de germinar bajo un amplio rango de condiciones ecológicas (sequía, suelos pobres, encharcamiento). Esta situación climatológica de temperaturas extremas y de grandes temporadas de sequía le es muy propicia ya que es capaz de prosperar donde las demás especies no pueden. Desplaza así por competencia a las comunidades vegetales autóctonas.

Aparte de la colonización de suelos y el desplazamiento de especies vegetales, la proliferación de esta planta está empezando a causar otros problemas.
Estudios realizados en Cantabria, donde ya es un verdadero problema ecológico, han detectado los primeros casos de alergia (estudios del Hospital Universitario Central de Asturias), sobre todo en otoño, cuando germina. Además su crecimiento en grandes masas arbustivas la convierte en un peligroso combustible en caso de incendio.
Es prácticamente imposible erradicarla, pero sí es posible su control o, mejor dicho, su eliminación eficaz, la cual sería a través de herbicidas y maquinaria pesada, que son tan costosos y perjudiciales para el medio como su propia presencia; por lo tanto, se debe trabajar en la vigilancia y control de las grandes masas y de los elementos aislados para evitar su expansión.

En nuestro municipio (Valdemorillo) no presenta, de momento, un gran problema. Se han detectado masas arbustiva aisladas en parques y jardines como el Parque de la Nava, la zona ajardinada al lado de la gasolinera y la entrada al pueblo. Sí que hemos detectado una
cierta expansión por la M600 en una zona de unos 20 o 30 metros en línea de masa arbustiva que habría que controlar, ya que se está imponiendo sobre un arbusto tan resistente como es la zarzamora.


Su control es necesario para no llegar a la situación que están sufriendo en la cornisa cantábrica donde ha prosperado, llegando a ser una auténtica plaga.
El plumero se puede ver en todas las latitudes, en los parques naturales de Cantabria mejor conservados, en playas, etc…Es ahora, después de cientos demiles de euros de inversión y de horas y horas de trabajo de voluntarios, cuando los esfuerzos de administraciones más asociaciones conservacionistas están consiguiendo algo de éxito en su erradicación.

Desde Verdemorillo invitamos a El Ayuntamiento de Valdemorillo a que tome medidas y empiece a controlar la proliferación de esta planta para prevenir su expansión al medio natural y por lo tanto, la pérdida de biodiversidad de nuestra zona.